El Masaje Prostático y la Salud

Importancia psicofísica de la próstata

En la vida diaria el hombre no acostumbra a prestar mucha atención a su próstata... esto es, hasta que aparece alguno de los problemas o disfunciones derivados de ignorar esta glándula.

La próstata es una glándula fundamental tanto en la dimensión puramente orgánica, como en la sexual y la emocional. Tiene el tamaño aproximado de una castaña y se halla localizada por debajo de la vejiga, delante de la pared rectal y encima de un grupo de músculos pélvicos que forman como una “hamaca” para su sostenimiento. La uretra pasa a través de ella —tracto de la uretra prostática— desde donde conecta con los dos conductos seminales.

Su función consiste en segregar un fluido (el líquido prostático) que entra a formar parte del semen dando movilidad a los espermatozoides y contrarrestando, por su alcalinidad, la acidez vaginal de la mujer a fin de prolongar el tiempo de actividad seminal en el interior del organismo femenino.

Las posibles disfunciones de la próstata son diversas, pero hay tres que nos conviene señalar: la hiperplasia benigna, un crecimiento excesivo de la glándula que acaba presionando la vejiga y dificultando la micción:

La prostatitis, una inflamación de la próstata que provoca dolor en la micción, ingle, zona pélvica y genitales:

Y el cáncer de próstata, que es el más frecuente en los hombres y el tercero con mayor índice de mortalidad en el colectivo masculino.

La medicina convencional contempla las enfermedades de próstata como prácticamente predeterminadas por la edad, la raza y la genética. Mi experiencia como terapeuta me sugiere algo distinto: que las causas principales de las enfermedades prostáticas hay que buscarlas en factores socioambientales, familiares y personales causantes de estrés, un estrés que el individuo no ha podido gestionar a tiempo, convenientemente, y ha terminado por introyectarlo, “olvidarlo” y somatizarlo.

De acuerdo con la teoría de la Memoria Corporal (Body Memory o BM), que ha demostrado su valor en el tratamiento del estrés postraumático, el cuerpo físico acumula en sus células y tejidos recuerdos energéticos y, entre ellos, memorias reprimidas de carácter traumático. La próstata, por su situación, constitución, función e importancia en el aparato urogenital, constituye una región idónea para almacenar la memoria de experiencias traumáticas reprimidas.

Terapia tántrica

La próstata puede ser alcanzada y examinada a través del recto al insertar un dedo hacia el ombligo. Junto a esta glándula, la pared rectal se adelgaza para crear una zona de sensibilidad intensa.

Esta sensibilidad posee un potencial intenso y puede facilitar la sanación al liberar memorias energéticas reprimidas almacenadas allí. El masaje prostático en la terapia tántrica no solo busca desbloquear la glándula y su entorno, sino que también relaja los músculos pélvicos que la sostienen, permitiendo que la próstata descanse sobre fibras musculares estiradas.

Muchos hombres tienen zonas musculares rígidas en esta área, lo que puede empujar la próstata hacia arriba y hacia adentro. La rigidez crónica afecta la función normal de la próstata, provocando la acumulación de fluidos estancados y posibles disfunciones como la hiperplasia prostática benigna, la prostatitis, el dolor pélvico crónico y el cáncer. Por el contrario, masajear la zona activa la próstata, relaja los músculos de soporte y promueve la liberación de fluidos prostáticos estancados, ofreciendo así un enfoque preventivo para estas condiciones prostáticas.

Pero los beneficios puramente físicos, aun siendo importantes, no son los únicos: el masaje prostático actúa también a nivel anímico, esto es, emocional y espiritual. Emocionalmente hablando, esta terapia contribuye a desmontar los paradigmas clásicos de sexualidad masculina que han convertido en tabú no sólo el gozo anal, sino incluso la penetración digital anal por razones médicas o terapéuticas. Y en el caso de una libido baja, el masaje prostático favorece su estimulación y progreso.

Ayuda por tanto al desarrollo de una sexualidad que se abre al placer de recibir, de soltar el peso de ser hombre; una sexualidad más pasiva, más yin, que permite vivir el orgasmo desde un lugar de entrega totalmente distinto del placer fálico convencional; una sexualidad, incluso, capaz de desencadenar la experiencia multiorgásmica no eyaculatoria.

Por otra parte, puesto que el hombre tiene más potencial para el placer anal que las mujeres, la próstata constituye el portal para un placer intensísimo, de orden trascendental, capaz de abrir espacios más profundos dentro de uno mismo.

Bloom te brinda la oportunidad de vivir esta experiencia y terapia en un ambiente seguro, acompañado por terapeutas expertos. ¡Estamos ansiosos por recibirte con amor y cuidado!

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